¿Por qué pueden vivir sin cabeza?
Una de las preguntas más habituales al eliminar cucarachas en Bilbao es si realmente pueden vivir sin cabeza. La respuesta es afirmativa. Decapitar uno de estos insectos no terminará con su vida de forma instantánea, ya que respiran por tráqueas que llevan el oxígeno a todas las partes de su cuerpo menos a la cabeza. De esta manera, seguirán respirando sin cabeza. Eso sí, a la larga terminarán muriendo al no poder ingerir ningún alimento. 

¿Cuál es la cucaracha más grande?
A día de hoy se tiene conocimiento de más de 4.500 especies diferentes de cucarachas. Dentro de todos esos tipos, las de mayor tamaño se encuentran en Australia y se llaman cucaracha rinoceronte. Pueden llegar a medir hasta nueve centímetros y pesar unos 30 gramos. Con estos datos, es un alivio que las que podamos encontrar en nuestras ciudades apenas lleguen a los cuatro centímetros de tamaño en su edad adulta.

¿Cuánto viven?
Ante cualquier problema con cucarachas, hormigas u otros insectos, ponte en contacto con Abando Desinfecciones y te daremos una rápida solución a tu caso. Es mejor no esperar demasiado, ya que estos insectos viven entre 14 y 20 meses. Además, pueden llegar a sobrevivir sin comida durante un mes, o sin aire durante 45 minutos. Su capacidad de resistencia a la radiación es 15 veces superior a la de los humanos, de ahí la creencia de que sobrevivirían a una guerra nuclear.

¿Por qué pueden andar por paredes y techos?
Una de las preguntas más frecuentes al eliminar cucarachas en Bilbao tiene que ver con su capacidad para andar por paredes verticales o, incluso, por techos con total normalidad. El motivo reside en sus patas traseras, que ejercen de ancla en distintas superficies. Varios investigadores llegaron a esta conclusión al comprobar que tras la amputación de las patas traseras, estos insectos no podían volver a caminar por paredes o techos.

¿A qué velocidad se mueven?
La cucaracha americana, uno de los tipos más conocidos, es uno de los insectos más rápidos del mundo. Se ha probado que puede llegar a moverse a una velocidad de 1,5 metros por segundo, aproximadamente unos 5,5 kilómetros por hora. Esto supone, más o menos, que en un segundo recorre 50 veces la longitud de su cuerpo. Una barbaridad. Si trasladáramos estos datos a los humanos, supondría, más o menos, moverse a más de 300 kilómetros por hora.